domingo, 16 de mayo de 2010

Cualquiera que me conozca sabe que...

que soy antitauromaquia, antihipocresía, antifanatismos, antiantisistemas sin ideas nuevas, antiterrorismo de estado, anticristiano, anticombustibles fósiles, antiopio del pueblo, anti...sí estoy en las antípodas de lo común a muchas cosas ciertamente...pero todo con moderación..jajajaja

En cuanto a mi anticristianidad (espero que exista esa palabra..me viene tan bien), me gustaría puntualizar algunos puntos (valga la redundacia) y admitir una serie de matizaciones leves en mi praxis. No es que yo, como mortal con conciencia y escala de valores en perpetua conexión con mi glándula duodenal, no tenga alma....es que mi alma no responde a valores reglados por la santísima trinidad, sino por mi corazón y mi cerebro. Creo, como tantos otros...que la invención de Dios no es más que inventarnos un problema nuevo (matemático, por supuesto) y sin solución, sólo están las variables o hipótesis. Y una hipótesis, se ha demostrado siempre, es como quedarse esperando a ver si una piedra germina cuando la regamos, o más impreciso aún...esperar que una luz (sin metáforas) nos guíe en la oscuridad (ésta sí metafórica).

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