viernes, 2 de diciembre de 2011

Micropolíticas del género

Ejercicios de programación de género postporno "Pagar las facturas, encenderle cigarrillos, ofrecerle un cigarrillo pero nunca comprarle un paquete: hacerle dependiente de mi propio deseo de fumar, `en realidad, chaval, a ti lo que te gusta es fumar cuando yo fumo, aspirar mi humo, tu deseo de fumar es mi deseo de fumar, tu deseo de follar depende de mi deseo de follarte´ no responderle directamente a sus mensajes: si él dice:´te echo de menos, escribir, ´tomando un café al sol con Stephanie, te llamo más tarde´, cuando él acabe sus mensajes telefónicos con ´te quiero´, tardar veinte minutos en responderle, no entrar nunca en el baño al mismo tiempo que él, si él entra en la ducha cuando me estoy duchando, ponerle a tus pies y obligarle a chuparte el clítoris y salir después dejándole solo en la ducha, hacer que las respuestas a sus avances sexuales sean aleatorias y dependan únicamente de mi deseo, intentar satisfacerle sexualmente solo como conformación de mi propia potencia viril, preocuparme de su satisfacción sexual solo como signo de mi competencia, si él finge follando, creer firmemente en su parodia, no ponerla en cuestión, no darle mayor importancia, pasar de inmediato a hablar de mi propio placer, no leer ni su agenda ni sus mensajes de teléfono, no por respeto, sino por desinterés o indiferencia, evitar los gestos de ternura en el sexo y especialmente justo después del momento en el que él finge el orgasmo, no prestar atención a sus historias de familia o a las historias de terceras personas que pueblas sus conversaciones, comprarle lenceria fina, perfumes, joyas, pero sin preocuparme en absoluto por su gusto o por su sentido de la masculinidad, haciendo que esos detalles sean solo signos exteriores de mi propio poder y autonomía, hacerle dependiente de mí economicamente, tratarle sexualmente como a una puta, como una reina, pero siempre de forma aleatoria, de acuerdo solo a mis propios deseos, evitar preguntas como ¿qué te pasa?, ¿estás bien?, ¿hoy no te encuentras bien?, hacer exactamente en cada momento lo que me apetece sin perdirle permiso, sin tener en cuenta su deseo, en caso de extrema necesitad, por ejemplo, delante de su familia, iniciar la acción con la frase ´no te molesta si...´, pero sin esperar siquiera a oír su respuesta, hacer que su presencia forme parte de mi atención periférica, hacer siempre otra cosa (enviar mensajes de teléfono, leer el periódico, leer mi e-mail, hojear un libro o una revista), mientras me habla de asuntos que le preocupan, como problemas del trabajo o historias con su madre, escucharle a condición de hacer otra cosa al mismo tiempo, decir si, sí, sí, o asentir con la cabeza si el insiste y pregunta ´¿me escuchas?´, no inmutarse ante su irritación, seguir con la misma acción, el mismo grado de escucha, y repetir ´sí, sí, sigue´, o quizá, si se queja de mi falta de atención, ´me cansas´, preparar la cena, pero dejarle fregar los platos la mañana siguiente, decirle ´tienes un culo de una clase excepcional, nena´ mientras me abro la bragueta y me meto mano, poner una cinta porno cuando me lo quiero tirar, ensayar las posiciones que he visto en el porno con él con mi Jimi, hacerle gozar como una perra con mi dildo, con la boca, con la mano, agarrarle las muñecas violentamente cuando le follo y dejarle marcas, bajar la basura mientras él limpia el pis de la perra, no llamar nunca a mi madre delante de él, llamar delante de él a mis amigas lesbianas o a los amigos trans que quieren echar un polvo conmigo (él sabe quiénes son) y reírme con ellos por teléfono mientras él ve la televisión a mi lado, cuando viene a buscarme a mi mesa de trabajo, no cerrar inmediatamente el ordenador para atenderle, hacerle esperar, hacer planes para el fin de semana sin pensar en sus días libres o en sus horarios con la seguridad de que él se adaptará amablemente, dejar que sea él el que me limpie el dildo después de follar, primero con la lengua, luego con una toalla húmeda, pero sin quitármelo, escuchar todos los días veinte minutos de Lemy Motorhead a fondo, evitar mariconadas del tipo Madonna, Françoise Hardy, Jane Birkin, poseer un medio de transporte autónomo, una moto, un coche, si es posible un 4x4, ganar pasta, muchísima pasta, ser capaz de cualquier cosa por la pasta, ser capaz de traicionar a un amigo por ascender y ganar más pasta, guardar relaciones con mis antiguas amantes, no porque quiera en realidad acostarme con ellas, sino simplemente para suplementar mi ego y aumentar su inseguridad, como método indirecto de control de sus sentimientos por mí, llevar mi dildo puesto si tengo que realizar tareas culturalmente consideradas como femeninas; por ejemplo, cuando voy a Monoprix, o cuando limpio la casa, después de realizar tareas domésticas meter una buena K7 porno y hacerme una buena paja como premio.
Sobre todo, no olvidar que ese cuerpo que tienes delante es el de un hombre sumiso, que es un hombre que te chupa el dildo el que hace de ti un verdadero hombe, un Brazo Peludo, un macho de élite. Todo depende de tenerle bien a tus pies. De saberlo y de que él lo sepa. Y todo eso en silencio, como una presuposición densa, pero transparente sobre la que se apoyan tus pies"

Beatriz Preciado, Testo Yonki 2008